Reactivo esta moribunda bitácora para sumarme a la iniciativa de La
Aldea Irreductible:
Y aquí va mi razón: en mi trabajo trato a menudo con investigadores y puedo constatar como en demasiadas ocasiones los medios con los que trabajan son paupérrimos, y cuando contrasto esta triste realidad con la prodigalidad que los gobiernos muestran hacia el "necesario apoyo al sistema financiero", lógicamente me cabreo; tantos miles de millones dedicados a sostener la banca confrontados a los recortes a las prestaciones sociales me cabrean.
Y es que sí, los recursos públicos dedicados a la investigación son también gasto social. ¿O acaso la inversión en investigación no aporta más al futuro bienestar de todos que el gasto en el mantenimiento de los chiringuitos financieros que sólo benefician a unos pocos?
Si la opción es elegir entre Goirigolzarris y la posibilidad de vacunas más eficaces, motores de menor consumo o un mejor conocimiento de quienes somos y de donde venimos, yo tengo claro en que lado de la trinchera voy a estar.